¡Felicitaciones! Terminaste tu novela, esa en la que seguramente llevás trabajando meses o incluso años. Acabás de crear un universo de ficción entero, con sus personajes, sus tramas y sus subtramas, y estás listo para embarcarte en el largo y enredado camino de encontrar la editorial perfecta para publicar tu obra. Pero, antes de todo eso, tenés que hacerte una última pregunta; una que pone los pelos de punta al más experimentado de los escritores: “¿Cómo puedo titular mi libro?”.
Por qué es importante el título del libro
No hay dudas de que el título de un libro es muy importante, porque se trata de la primera invitación que le hacemos a un potencial lector. Cuando una persona entra en una librería, el proceso lógico que suele seguir mientras pasea por las estanterías es cubierta-título-sinopsis. En otras palabras, después de sentirse atraído por el diseño de tapa de un ejemplar, la persona se fijará automáticamente en su título para ver si es atrapante.
Tipos de títulos
¿Cómo elegir un buen título para mi libro? Si alguna vez te preguntaste esto, tenés que saber que no hay una receta con pasos estrictos. Puede ser corto, largo, abstracto o más preciso; todo depende de lo que su autor quiera transmitir. Sin embargo, sí podemos categorizar los títulos de libros conocidos a partir de algunas fórmulas comunes.
La norma clásica
Esta regla se basa en crear un nombre compuesto por un artículo seguido de un sustantivo que acompaña o bien a otro sustantivo, o bien a un adjetivo.
3 trucos para elegir el título
- Sustantivo + sustantivo
- El señor de las moscas, de William Golding
- La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson
- Los juegos del hambre, de Suzanne Collins
- Sustantivo + adjetivo
- Cumbres borrascosas, de Emily Brontë
- Los ríos profundos, de José María Arguedas
- La Torre Oscura, de Stephen King
- Sustantivo
- Los sorrentinos, de Virginia Higa
- La uruguaya, de Pedro Mairal
- Las primas, de Aurora Venturini
Títulos largos
Algunos escritores buscan generar impacto con títulos sorprendentes y llamativos. Entre los ejemplos más notables encontramos:
- La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, de Gabriel García Márquez
- La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, de Stieg Larsson
- El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon
- Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, de David Foster Wallace
Títulos cortos
También hay libros que se sitúan exactamente en el otro extremo. Generalmente, los títulos cortos resultan más fáciles de recordar. Algunos ejemplos son:
- It, de Stephen King
- Nada, de Carmen Laforet
- Amor, de Isabel Allende
Nombres propios
Muchos autores deciden incluir nombres de sus personajes principales en el título del libro, como en los siguientes casos:
- Romeo y Julieta, de William Shakespeare
- Moby Dick, de Herman Melville
- Las aventuras de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle
Títulos con números
Un recurso ampliamente usado en la ciencia ficción es usar números en los títulos. De hecho, dos de los libros emblema de este género utilizan esta fórmula:
- 1984, de George Orwell
- Fahrenheit 451, de Ray Bradbury
Palabras extrañas
El uso de palabras inventadas o poco conocidas también es un recurso común. Si las palabras están bien elegidas, sin dudas quedarán grabadas en la mente de las personas. Algunos ejemplos son:
- “El Aleph”, de Jorge Luis Borges
- Los pichiciegos, de Rodolfo Fogwill
Consejos para elegir el mejor título para tu libro
Para elegir el mejor título para tu libro, te invitamos a poner en juego toda la creatividad e imaginación. Para eso, podés utilizar alguna de las siguientes estrategias.
Hacer una lista
Una vez que hayas terminado de escribir tu novela, hacé una lectura minuciosa del texto con lápiz en mano. Anotá frases, palabras, diálogos, situaciones y cualquier cosa que te guste. Una vez que hayas hecho la lista, empezá a tachar los elementos que menos te llamen la atención. Cuantas menos opciones tengas, más sencillo será elegir.
Ser original
Una vez que tengas una lista de posibles títulos para tu novela, podés realizar una búsqueda en Google para ver si ya existen. Como tip extra, te recomendamos que evites caer en títulos demasiado trillados. Nombres como Vos y yo, El ocaso, Esta es mi vida, Al ataque o La batalla final ya se inventaron.
De todas formas, si pensás que un título es perfecto para tu libro y encontrás que hay otro libro que ya fue publicado con ese mismo nombre, no te preocupes: el título de una obra no se puede registrar de forma independiente, sino que va unido al contenido de esta. Por eso, hay muchos libros que se llaman igual: La madre (Máximo Gorki y Pearl S. Buck) o El mundo es un pañuelo (David Lodge y Elivra Lindo) son algunos ejemplos.
Generar impacto
Como ya dijimos, el título tiene que ser llamativo, para que una persona que no te conoce se sienta invitada a leer tu texto. No importa si es obvio (A sangre fría, de Truman Capote, nos adelanta un homicidio) o si es demasiado abstracto (hay pocas posibilidades de que alguien sepa qué se va a encontrar en ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas?, de Lorrie Moore). Aún así, ambos títulos suenan muy bien.
Elegir un título acorde con el contenido
A pesar de que es importante llamar la atención, también es importante ser consecuentes con el contenido de la obra, fundamentalmente para que el potencial lector se haga una idea de lo que se va a encontrar. Es decir, si estás trabajando en un libro infantil, el título tiene que estar a tono. En ese caso, El sillón mordelón suena mejor que Muebles asesinos.
En la misma línea, intentá que el título sea oportuno en función del contexto. Por ejemplo, si tenés una novela de ciencia ficción apocalíptica sobre un virus zombi, probablemente Pandemia no sea el mejor título si pensás publicarlo en estos tiempos (¡la gente podría pensar que es un ensayo!).
No resumir todo el libro en una frase
El título tiene que captar la esencia del libro, pero eso no significa que tenga que resumirlo. Evitá que el libro revele demasiada información sobre el contenido del texto, o sino el lector perderá interés antes de comenzar a leerlo. Y, obviamente, no reveles el final. Nadie quiere leer un libro de misterio titulado Cómo el camarero cometió el magnicidio.
Dejarlo para lo último
Es probable que ya tengas el título ideal pensado antes de comenzar a escribir tu libro, pero no seas inflexible en ese aspecto. La escritura de una novela puede llevarnos por diferentes caminos, e incluso podríamos cambiar de género literario a mitad del proceso. Por eso, lo mejor es dejar el título para el final.
Conclusión
Elegir un buen título para un libro es uno de los pasos más complejos en el proceso de escritura de una obra literaria, pero afortunadamente es uno de los últimos. No te preocupes si la búsqueda de un buen título parece no terminar: dejá volar tu imaginación, confeccioná listas, probá y consultá a personas de tu confianza. Ya verás cómo, más pronto que tarde, aparece el título ideal en tu cabeza.
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