Cómo escribir un cuento corto: 10 consejos

En un cuento corto, no tenemos más de unas pocas páginas para desarrollar una historia con introducción, nudo y desenlace, y lograr que genere algo en el lector. No nos vamos a engañar: esto es todo un desafío. Pero es un desafío súper interesante, porque nos obliga más que nunca a que cada frase cuente y tenga un sentido. En este artículo, te compartimos 10 consejos para ayudarte a escribir un buen relato corto.

1 – Simplificar una idea

Las novelas tienen muchas historias que se entretejen, con tramas, subtramas, decenas de personajes y un montón de conflictos. En un cuento corto, nada de eso es posible: estamos muy limitados por la extensión. Lo mejor es buscar una idea que nos resulte atractiva y simplificarla: encontrar el momento de mayor impacto de esa historia para narrarla.

2 – Incluir uno o dos personajes principales complejos

La mayoría de los cuentos cortos se centran en un personaje principal, dos como máximo. Por ejemplo, “Casa tomada”, de Julio Cortázar, nos cuenta la historia de una pareja de hermanos que habita en una casa invadida por intrusos. “Secreto en la montaña”, de Annie Proulx, muestra la historia de amor entre dos vaqueros norteamericanos. “A la deriva”, de Horacio Quiroga, nos habla acerca del agónico camino de un hombre atacado por una serpiente venenosa.

El o los personajes principales de tu historia tienen que ser complejos y equilibrados. No caigas en el facilismo de construir personajes “buenos” y “malos”: las personas tenemos contradicciones, y los personajes deberían tenerlas también para resultar verosímiles.

3 – Hacer descripciones cortas y precisas

Conocemos cada rincón de la Tierra Media, sí. Pero ¡Tolkien creó su universo en más de una docena de extensos libros! En un cuento, aunque quisiéramos, no podríamos mostrarle al lector de forma detallada el entorno que imaginamos para nuestra historia. Por eso, las descripciones de los lugares tienen que ser cortas y precisas: lo mejor es enfocarse principalmente en la acción.

Tip: No caigas en la sobreadjetivación de los espacios. En la literatura, adjetivar funciona para intensificar la expresión, pero cuando un texto ya posee un significado no es necesario volver a calificarlo.

4 – Sugerir es mejor que contar

En otro artículo de nuestro blog, te dimos algunos tips para escribir el inicio de un libro. Y uno de los consejos era este: «Siempre es mejor narrar que explicar». En este caso, como tenemos aún menos extensión para decir todo lo que queremos, vamos un paso más allá: es mejor sugerir que contar. Se puede crear atmósferas y escenas interesantes a partir del uso adecuado de sustantivos y adjetivos en lugar de la descripción explícita de los hechos.

5 – Encontrar una época para el cuento

A menos que escribas un cuento de ciencia ficción sobre viajes en el tiempo, deberás elegir una época para desarrollar la historia y ajustarte a ciertas pautas: el habla, la vestimenta, los lugares y las costumbres, por ejemplo. Sobre esto, Jorge Luis Borges decía algo interesante en durante una conversación con Osvaldo Ferrari:

«Si se trata de un cuento porteño, elijo lugares de las orillas, digamos, de Palermo. Y la fecha, digamos 1899: el año de mi nacimiento. Porque ¿quién puede saber exactamente cómo hablaban aquellos orilleros muertos? Nadie. Es decir que yo puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un tema contemporáneo, entonces el lector ya se convierte en un inspector: «No, en tal barrio no se habla así”».

Jorge Luis Borges en Borges en diálogo: conversaciones de Jorge Luis Borges con Osvaldo Ferrari, 1985.

6 – Mostrar un giro al final

Como ya dijimos, escribir un relato corto es todo un desafío: es necesario dejar al lector con una sensación (de alegría, de tristeza, de amargura, de sorpresa) en mil palabras o poco más. Para lograr que el lector sienta algo, tenemos que realizar un giro narrativo llegando al final de la historia: darle la falsa sensación de que sabe exactamente cómo terminará el cuento y, en las últimas líneas, cambiar bruscamente de dirección (eso sí: ¡procurá que el giro narrativo sea verosímil!)

7 – Elegir un buen título

El título es importantísimo: es la invitación que le hacemos al potencial lector de nuestro cuento para que se sumerja en nuestra historia. Hay muchas fórmulas bien conocidas para crear el título perfecto: dos sustantivos (“Lámparas de hojalata”, de Álvaro Mutis); un sustantivo y un adjetivo (“El espíritu nuevo”, de Leopoldo Lugones); o un solo sustantivo (“Una venganza”, de Isabel Allende). Hay más acerca de cómo elegir el mejor título para tu historia en nuestro artículo del blog.

8 – ¡Cada frase cuenta!

Desde la primera hasta la última frase del cuento, cada frase tiene que tener una función. Es tu decisión si la poca extensión del cuento es una limitación o, por el contrario, una invitación a que cada oración tenga un sentido perfectamente pensado. 

9 – Revisar, editar y corregir

Después de escribir el primer borrador, es necesario editarlo y corregirlo (que no es lo mismo) las veces que haga falta. Como dijimos en el punto anterior: cada frase debe tener un propósito; por lo tanto, en el proceso de edición seguramente termines por eliminar y modificar unas cuantas oraciones de la historia. También puedes confiar en profesionales de la edición y la corrección de textos para pulir tu historia al máximo y dejarla lista para un concurso literario o para publicarla. En Palabra, contamos con un equipo de profesionales que se encargará de editar y corregir tu texto: contáctanos y pongámonos manos a la obra.

10 – Leer otros cuentos

Tener referencias es sustancial para escribir. Por eso, si estás trabajando en un cuento corto, es imprescindible que leas a los mejores, tanto a los clásicos como a los contemporáneos: Borges, García Márquez, Allende, Enríquez, Bradbury y más. 

Para finalizar, te dejamos una lista de diez cuentos cortos para encontrar inspiración:

  • “Alguien soñará”, de Jorge Luis Borges.
  • “Una venganza”, de Isabel Allende.
  • “Exilio”, de Héctor Oesterheld.
  • “Mi vieja querida”, de Alice Munro.
  • “El corazón delator”, de Edgar Allan Poe.
  • “El ruido de un trueno” de Ray Bradbury.
  • “El miedo y el amor”, de Ana María Shua.
  • “¿No oyes ladrar los perros?”, de Juan Rulfo.
  • “La luna roja”, de Roberto Arlt.
  • “Pájaros a punto de volar”, de Patricia Highsmith.

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