¡Quiero escribir mejor! 12 ejercicios de escritura creativa

El documento de Word frente a nosotros ya está listo (o, para los más clásicos, el papel y el lápiz). Tenemos una taza de café a nuestro lado y la mesa despejada. Ahora, viene la parte más difícil: ¿qué escribimos?

Si ya leíste nuestro artículo sobre cómo superar un bloqueo de escritor y aún así estás en blanco, no te preocupes: este artículo te puede ayudar a despertar la inspiración. A veces, todo lo que necesitamos son unos cuantos ejercicios de escritura que nos ayuden a arrancar; a poner las primeras palabras.

1 – Ejercicios de escritura potencial

La mayoría de los ejercicios de escritura potencial fueron creados por un grupo de experimentación literaria llamado Oulipo. Pero ¿de qué se tratan estos ejercicios? Son ejercicios de escritura limitada: la teoría dice que, si limitamos nuestras posibilidades al escribir, activamos otras partes de nuestra creatividad y desbloqueamos otros caminos posibles. De ahí la potencialidad de estos ejercicios. 

Los ejercicios de escritura potencial son muy lúdicos, y la primera regla para todos es no juzgar lo que estamos produciendo. Cuando terminemos, seguramente encontraremos joyitas dentro del texto que nos van a dar grandes ideas para escribir historias. 

Veamos algunos ejercicios: 

  • Ejercicio 1: abecedario. Escribir un texto en donde la primera palabra comience con “a”, la segunda con “b”, la tercera con “c” y así sucesivamente. Debe quedar un texto de 27 palabras, no se pueden agregar palabras en el medio ni omitir letras.

Por ejemplo:

Antes buscaba, casi dramáticamente, el fantástico gesto hasta iluminarme…

Anselmo bailaba con desparpajo. Ernesto, fascinado, grababa hábilmente...

  • Ejercicio 2: estirador de líneas. Escribir dos oraciones: una oración de partida y una oración de llegada. Luego, escribir otra oración (oración “C”) entre la “A” y la “B”, intentando no no cambiar el sentido del texto. Luego, agregar una oración “D” entre la “A” y la “C” y una “E” entre la “C” y la “B”. Seguir agregando oraciones de esta manera, tanto como sea posible, sin cambiar el sentido del texto. 

Por ejemplo:

Juan fue a lo de María. Cuando llegó no estaba. 

Juan fue a lo de María. Tenía miedo de llegar tarde. Cuando llegó no estaba. 

Juan fue a lo de María. Había salido con el tiempo justo de su casa. Tenía miedo de llegar tarde. No quería dejar de verla. Cuando llegó no estaba. 

2 – Ejercicios de escritura automática 

Escribir sin pensar es un gran ejercicio, porque muchas veces la cabeza nos juega una mala pasada y filtra ideas que pueden ser muy buenas. Por eso, dejar ir las palabras sin darle tiempo a nuestro cerebro para decidir si algo está bien o no es una técnica que usan muchos autores para empezar cuando no saben sobre qué escribir.

En general, lo que debemos hacer en todos estos ejercicios es no parar a leer lo que estamos escribiendo y establecer un tiempo (por ejemplo, 5 minutos) en el que no dejaremos de escribir. 

Veamos algunos ejemplos de escritura automática:

  • Ejercicio 3: escribir todo lo que se percibe con los sentidos. Sin pararse a pensar, enumerar las cosas que pasan frente a nuestros ojos, lo que olemos, lo que escuchamos. 

Por ejemplo:

El gato está en el balcón, acostado; el sifón de soda quedó sobre la mesa. En la obra en construcción de enfrente martillean sobre algún metal o hierro y los libros sobre la mesa están desordenados. Debería guardarlos. Le debo un libro a mi hermana. ¿Cuándo se lo voy a dar? ¿Cuándo la voy a ver? La extraño.

  • Ejercicio 4: intentar crear un texto con base en palabras aleatorias. Una persona debe dictar palabras sin conexión entre sí cada algunos segundos. El ejercicio consiste en escuchar esas palabras e incluirlas en un texto, intentando una coherencia.

Por ejemplo:

En la plaza, algunos chicos juegan. María los por la ventana. Ayer, en la construcción, María miró el atardecer desde arriba y sacó algunas fotos. Después, las editó en la computadora e invitó a un amigo a que las vea con ella.  

3 – Ideas para escribir: los sueños 

Una buena manera de obtener imágenes para escritura creativa es anotar nuestros sueños. Lo que soñamos está lleno de imágenes extrañas y situaciones poco convencionales y, además, los sueños dicen mucho de nosotros. Todas estas características ayudan a escribir un texto original y creativo. 

Más allá de que escribir sueños es un ejercicio de escritura terapéutica, podemos sacar de allí muchas ideas para escribir un cuento, un relato o un poema. Veamos algunos ejercicios: 

  • Ejercicio 5: anotar un sueño con lujo de detalles. Hay que tratar de recordar lo más posible: lugares, texturas, paisajes, personas. Una vez que esté escrito, agregar o sacar cosas, retomar algunas ideas, cambiar nombres y/o desarrollar las situaciones que nos interesen. 

Un tip: tener siempre una libreta a mano al lado de la cama. Anotar los sueños ni bien nos levantamos (¡incluso a la madrugada!) es clave para recordarlo todo.

  • Ejercicio 6: pedir a un amigo que nos relate su sueño. Puede ser un sueño hermoso o una pesadilla. La distancia con el sueño permitirá explorar otros sentidos del relato.  

4 – Escribir a partir de la estructura

Puede ocurrir que tengamos algunas ideas para escribir una novela o determinadas hipótesis para plantear en nuestro relato. Sin embargo, si no sabemos cómo empezar a escribir, la estructura puede ayudarnos mucho.

Sí, aunque decir “estructura” suene a mala palabra cuando hablamos de procesos creativos, muchas veces viene bien. Nos permitirá organizar las ideas, saber qué es importante decir y qué no y de qué manera. Veamos algunos ejercicios: 

Por ejemplo:

– ¿Cuál es la temática? El hijo no quiere seguir el negocio familiar (una panadería).

¿Cuál es el título? Una decisión difícil.

¿Quiénes son los personajes? Martín (el hijo), Sandra (la madre), Tobías (el novio de Martín), Juliana (la hermana).

¿Qué lugares aparecen? La casa familiar, la casa de Tobías, la panadería.

¿Qué objetos aparecen? Un diploma, un libro de cuentas, un palo de amasar, una cámara de fotos.

  • Ejercicio 8: plantear una pregunta y proponer una hipótesis. La pregunta será el título del texto, que tendrá que desarrollar la hipótesis a modo de respuesta. Se pueden utilizar personajes y acciones (y crear un texto más narrativo) o no (y crear un texto más poético). ¡Cuidado! No es un texto argumentativo, es un texto de ficción. Tenemos que pensar desde qué lugar los personajes sostienen la hipótesis. 

Por ejemplo:

¿Qué es el amor? El amor es lo que hace al mundo girar. 

5 – Describir un objeto

Buscar un objeto y describirlo es una de las ideas para escritura creativa más usadas. ¡Y tiene sentido! Cuando solo nos preocupamos por describir algo, ya sea pequeño o grande, y dejamos de lado otros asuntos del relato, podemos crear descripciones mucho más profundas y detalladas.

Por lo general, lo que se busca con estos ejercicios es el «extrañamiento»: mirar de una manera extrañada la realidad que nos rodea. Estos ejercicios son muy útiles para perder el miedo a escribir y empezar a jugar con los colores, los olores, las texturas, las formas… Veamos algunos ejemplos. 

  • Ejercicio 9: actuar como si fueras de otro planeta. Tenemos que tomar un objeto que conozcamos mucho, que usamos cotidianamente, y describirlo como si nunca lo hubiésemos visto. 

Por ejemplo:

Era un elemento rectangular, casi plano, que tenía algo de plástico, blando, por fuera. De uno de sus lados brillaban luces y se proyectaban formas cuando uno pasaba el dedo por encima. También salían sonidos e imágenes.

  • Ejercicio 10: buscar una foto de una pintura antigua. Una vez que la encontremos, tenemos que enfocarnos en algún objeto o particularidad que nos llame la atención (si no sabemos lo que es, mejor). Luego, hacer una descripción de ese objeto usando únicamente los datos que nos da la pintura. 

Por ejemplo:

Hay un semicírculo marrón, con algunos agujeros en el lado izquierdo. El semicírculo tiene terminaciones irregulares, parecidas a una agarradera.

6 – Recurso de desaceleración 

La desaceleración es un recurso muy utilizado en la narrativa. Se parece un poco al ejercicio número 2 (el “estirador de líneas”), aunque este tiene otro objetivo. Se trata de tomar un momento muy corto y describirlo al detalle. Es, además, un juego para escritura creativa muy entretenido. 

También es parecido al ejercicio de descripción de un objeto, pero en este caso se trata de la descripción de un hecho particular. Genera una extrañeza, ya que el foco no está puesto en la acción o en el momento general, sino en las miles de partículas que componen cada situación.

Veamos algunos ejercicios que podemos hacer para crear una desaceleración: 

  • Ejercicio 11: descomponer todo lo que se pueda una acción cotidiana. Puede ser lavarse los dientes, como en el ejemplo que veremos a continuación:

Entro al baño, levanto la mano, agarro el cepillo de dientes, abro la canilla, lo mojo, cierro la canilla, agarro la pasta de dientes, la destapo, la acerco al cepillo, aprieto un poco el pomo, dejo que caiga un poco de pasta sobre el cepillo, tapo la pasta de dientes.

  • Ejercicio 12: tomar una situación más general y descomponerla. Describir las sensaciones, los pensamientos, las acciones, los movimientos… El ejemplo más famoso de desaceleración es el capítulo 7 de Rayuela, de Julio Cortázar, en el que se describe con lujo de detalles el momento previo al beso.

Conclusión

Todas estas actividades de escritura creativa tienen el objetivo de apagar un poco la cabeza y ponernos a escribir sin que importe tanto el resultado.

Además, los ejercicios pueden retocarse o adaptarse a lo que nos interese. Por ejemplo, podemos hacer una combinación entre la desaceleración y la descripción de un objeto, o ir a un lugar muy concurrido para hacer el ejercicio de escritura automática. En ese caso, por ejemplo, podemos tomar las palabras que escuchamos de conversaciones sueltas para incluir en nuestro texto.

En todos los casos, una vez que hayamos terminado la consigna de escritura, debemos hacer un trabajo de reescritura: ver qué nos interesa de lo que hemos escrito (si es que hay algo) y qué no. En el peor de los casos, puede ir todo a la papelera de reciclaje, pero al menos habremos hecho una buena entrada en calor. 

Lo importante, al final, es generar un hábito para escribir, porque sí: también la rutina es una gran aliada del proceso creativo (como desarrollamos en este artículo sobre las rutinas de los grandes escritores). Y, por último, también te invitamos a pasar por nuestro artículo sobre 10 tips para mejorar tu escritura.

Ahora ya no hay excusas. ¡A escribir!

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