Escritura sensorial: cómo escribir con los 5 sentidos

¿Acaso tus textos están perdiendo su magia? Si todo lo que escribes termina convirtiéndose en una masa plana y gris llena de decepción, este artículo es para ti, colega. No te preocupes: muchos autores y escritores creativos han perdido su toque mágico alguna que otra vez. De todos modos, eso no significa que no puedas romper con el aterrador bloqueo de escritor. Una forma de encender la chispa de tus descripciones es concentrarte en el modo en el que percibes el mundo que te rodea, es decir, a través de tus ojos, oídos, boca, nariz y tu piel. 

En este artículo, encontrarás consejos clave sobre cómo usar los cinco sentidos para escribir descripciones profundas, complejas y significativas que transportarán a tu lector en un abrir y cerrar de ojos al escenario que desees. También podrás leer un ejemplo literario para cada sentido como modo de despertar tu imaginación.

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Consejos sobre cómo escribir con los sentidos

1. Crear escenarios para sentir más

¡Esta es la excusa perfecta para usar tu creatividad y probar cosas nuevas! Aquí hay algunos ejemplos:

  • 👄👃 Prueba una comida exótica o un ingrediente con un olor o sabor intenso.
  • 🖐️ Camina descalzo sobre césped, grava… ¡Incluso sobre comida que has tirado al suelo! 
  • 👂 Mira una película extranjera sin subtítulos y concéntrate en los sonidos, no en los significados.
  • 👁️ Usa un caleidoscopio o mira a través de un vitral.
  • 🖐️👂 Sal a la calle sin paraguas en un día de lluvia.
  • 👁️👃 Con mucho cuidado, prende fuego un objeto y míralo arder.

Un buen consejo es documentar tu experiencia antes, durante y después de hacer todas esas cosas. ¡Es una buena forma de no pasar nada por alto! Trata de ser lo más detallista posible con tus descripciones. 

2. Desnaturalizar objetos o lugares conocidos

Existen muchas formas de lograr esto: por ejemplo, si te gusta el baloncesto, puedes concentrarte en los fanáticos y no en los jugadores cuando vayas a un partido. Entre los vitoreos y los alientos apasionados, podrás escuchar cosas como los gritos de un vendedor de perritos calientes. Por otro lado, si eres un cinéfilo o cinéfila, puedes llevar tu atención a las suelas de tus zapatos mientras caminan por el suelo pegajoso de la sala.

Por otro lado, es muy útil visitar un lugar conocido en una hora inesperada (como ir a la playa de noche). Quizás, cuando la gente se haya ido, podrás concentrarte en el sonido rítmico del vaivén de la marea, o sentir cómo la arena fría se filtra en tus medias y se mete entre los dedos de tus pies. Parece un consejo muy trillado, pero los resultados son realmente fructíferos. 

3. No exageres

Por tentador que sea, no es conveniente abrumar al lector con descripciones, ya que dejaría de sentirse natural. Después de todo, ¿quién es capaz de sentir tanto todo al mismo tiempo? Intenta centrarte en un sentido por vez. De este modo, podrás desarrollar una descripción más profunda y detallada sin brincar de un sentido a otro.

4. Describe lo que NO estás sintiendo

Sí, así como escuchaste: lo que no está presente puede ser incluso más importante que lo que sí está. Por ejemplo, caminar por la calle de noche y no escuchar ni un sonido puede ser un elemento de tensión. En la misma línea, si quisiéramos escribir un relato policial, la ausencia de estímulos puede brindarle al lector pistas importantes. Digamos que, para describir a una adolescente, siempre se menciona el intenso olor de su esmalte de uñas. Imagina qué podría significar que, en una escena particular, ese dato no se nombrara. ¿Podría estar actuando de modo extraño? ¿Podría estar ocultando algo?

5. ¡Lleva tu escritura al siguiente nivel!

¿Qué emociones o pensamientos se desprenden de lo que percibes con tus sentidos? Quizás, el olor a sal en el aire de una ciudad costera te hace sentir nostalgia por unas ya lejanas vacaciones familiares. Tal vez, caminar sobre una alfombra que atenúa tus pasos te hace sentir que estás en un lugar formal y que no estás lo suficientemente bien vestido para la ocasión. ¡Plasma por escrito todo lo que pienses!

Ejemplos literarios para cada sentido

👁️ Vista

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La vista es el sentido en el que más confiamos, por lo que las descripciones visuales son las más sencillas de escribir. Por esa razón, tenemos muchos buenos ejemplos a disposición. Uno particularmente atractivo es la descripción escrita por J.R.R. Tolkien sobre Elrond, uno de los personajes de la trilogía de El señor de los anillos:

“El rostro de Elrond no tenía edad; no era ni joven ni viejo, aunque uno podía leer en él el recuerdo de muchas cosas, felices y tristes. Tenía el cabello oscuro como las sombras del atardecer y ceñido por una diadema de plata; los ojos eran grises como la claridad de la noche y en ellos había una luz semejante a la luz de las estrellas. Parecía venerable como un rey coronado por muchos inviernos y vigoroso sin embargo como un guerrero probado en la plenitud de sus fuerzas. Era el Señor de Rivendel, poderoso tanto entre los elfos como entre los hombres”.

Las descripciones visuales son especialmente importantes cuando damos vida a personajes de ciencia ficción o fantasía. Tanto ellos como el mundo que habitan deberán estar fuertemente caracterizados para que el lector pueda recrear aquella imagen sin un correlato directo con la realidad.

👂 Oído

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El oído es un sentido clave para el suspenso: por ejemplo, si describes a una persona perdida en un bosque o a un niño jugando a las escondidas dentro de una vieja mansión, hasta el más mínimo de los sonidos podrá alertarlos. Sin embargo, el oído es un sentido que abarca temas alegres, y es el que nos permite experienciar la más hermosa música. Una descripción detallada de este tema puede encontrarse en la novela Tess, la de los d’Urberville (1891) del escritor inglés Tom Hardy:

“Tess había perdido toda noción de tiempo y espacio. La exaltación que describiera como producida voluntariamente por la contemplación de las estrellas le sobrevino en aquel momento sin poner ella nada de su parte; se cernía su alma sobre las delicadas notas de aquella arpa de segunda mano, y sus armonías la rozaban como brisas, poniendo lágrimas en sus ojos. El polen flotante parecía ser la concreción visible de aquellas notas, y la humedad el llanto de la sensibilidad del jardín. Aunque casi cerrada ya la noche, proseguía la emanación de las florecillas silvestres, cual si de intento permanecieran abiertas, y las ondas de color se fundían con las vibraciones sonoras.”

👃 Olfato

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El olfato puede parecer un sentido débil en comparación con los otros cuatro, pero no dejes que ese preconcepto nuble tu juicio. Incluso el más leve de los estímulos olfativos puede convertirse en una pesadilla sofocante en cuestión de segundos. Un gran ejemplo de un olor insoportable aparece en la novela A lo lejos (2017), escrita por Hernán Díaz. En ella, el ganador del premio Pulitzer describe los dientes podridos de una mujer mediante el olor a azúcar quemado que estos desprenden. Aquí hay un extracto desde la perspectiva del protagonista: 

“De regreso en su habitación, Håkan se lavaba la cara con el agua con olor a pino que le sobraba después de haberse restregado a conciencia al comienzo de la noche, e intentaba eliminar los restos de aquel aroma a azúcar quemado. Se le alojaba detrás de la frente y en el fondo de los ojos, se le pegaba al paladar y le tapizaba las paredes de la garganta. ¿Provenía solamente de la mujer o acaso eran sus propias encías, en proceso de descomposición, a punto de dejar caer los dientes, las que emanaban ese pútrido perfume? Håkan se tanteaba los incisivos e intentaba moverse las muelas para asegurarse de que seguían firmes. Si hubiera conocido la palabra, habría pedido un espejo”.

👄 Gusto

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El gusto puede resultar un arma de doble filo si se lo permitimos: como es muy sencillo hablar sobre sabores, nuestras descripciones sobre comidas pueden resultar poco emocionantes. El siguiente ejemplo, un clásico de la literatura moderna, es todo lo contrario a lo que acabo de mencionar. Estoy hablando de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, la novela más larga de la que se tenga registro. En el primer volumen, Por el camino de Swann, el narrador prueba una madeleine mojada en té, hecho que despierta una memoria involuntaria de su infancia en Combray:

“Mandó mi madre por uno de esos bollos, cortos y abultados, que llaman magdalenas, que parece que tienen por molde una valva de concha de peregrino. Y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro tan melancólico por venir, me llevé a los labios unas cucharadas de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las miga del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal”.

🖐️ Tacto

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Este sentido puede funcionar en ambos sentidos: puedes enfocarte en lo que siente un personaje cuando toca un objeto o, por el contrario, en su sensación al ser tocado por alguien o algo. Por ejemplo, una persona introvertida puede sentir el más leve roce de una mano amiga como un huracán de emoción. Es por eso que la elección de palabras debe ser perfecta: un golpe no es lo mismo que una caricia, así que usa esos términos según corresponda. 

El tacto también es el principal sentido involucrado al describir dolor. Un ejemplo brillante es el que nos brinda Dune, la obra maestra de ciencia ficción escrita por Frank Herbert. En su primer volumen, el personaje principal Paul experiencia una incomodidad severa al verse obligado a introducir su mano en una pequeña caja bajo amenaza de muerte: 

“Paul cerró fuertemente su mano izquierda, mientras la sensación de quemadura aumentaba en la otra mano. Crecía lentamente: calor y más calor… y más calor. Sintió que las uñas de su mano izquierda se clavaban en su palma. Intentó sostener los dedos de su mano que ardía, pero no consiguió moverlos. […] El dolor ascendió por su brazo. El sudor perló su frente. Cada fibra de su cuerpo le gritaba que retirara su mano de aquel pozo ardiendo… pero… el gom jabbar. Sin volver la cabeza, intentó mover sus ojos para ver aquella terrible aguja envenenada acechando a su cuello. Se dio cuenta de que jadeaba e intentó dominarse sin conseguirlo. ¡Dolor! Su mundo se vació por completo excepto su mano derecha inmersa en aquella agonía […] Sus labios estaban tan secos que le costó separarlos. ¡Quema! ¡Quema! Le pareció que la piel de aquella mano agonizante se arrugaba y ennegrecía, se agrietaba, caía, dejando tan sólo huesos carbonizados”.

Conclusión

Como hemos visto (y oído, tocado, olido y saboreado), la escritura creativa puede ser desafiante, pero concentrarte en tus cinco sentidos puede reactivar tu creatividad en un santiamén. Y si, después de todo, eso no funciona, siempre puedes probar otros ejercicios de escritura para mejorar tu oficio. 

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