Lenguaje inclusivo: ¿qué es y por qué es importante? 

¿Todos, todas, todxs, tod@s o todes? De todas esas opciones, ¿cuál es lenguaje inclusivo? ¿Qué tengo que interpretar si leo “amig@s”? ¿Es lo mismo que “amigues”? ¿Para qué es el lenguaje inclusivo?

Sorprendentemente, el cambio de una vocal genera todas estas preguntas y muchísimas discusiones. En este artículo, vamos a ver las características clave del lenguaje inclusivo, los debates que surgen alrededor y algunos ejemplos de lenguaje no sexista. 

📖 Antes de arrancar: si te interesa leer en profundidad sobre el tema, vas a encontrar muchísima información en nuestra guía completa de lenguaje inclusivo en PDF.

Ahora sí, ¡vamos al artículo! 

¿Qué es el lenguaje inclusivo?

El idioma español, como lo aprendimos en la escuela, es binario. Esto quiere decir que “admite” únicamente dos géneros: masculino y femenino.

A su vez, el español tradicionalmente utiliza el “masculino genérico”; es decir que, en teoría, todos los géneros están incluidos en el plural del masculino. Por ejemplo: se dice “chicos” para referirse a un grupo de jóvenes, a pesar de que haya tanto chicos como chicas en él.

Entonces ¿qué es el lenguaje inclusivo? El lenguaje inclusivo plantea que hay que visibilizar en el lenguaje tanto a las mujeres como a todas aquellas identidades que escapan de la norma binaria.

Entonces, para dar una definición del lenguaje inclusivo, podríamos decir que es una modificación del lenguaje para representar con él, de forma justa, a todos los géneros.

¿Cuál es el origen del lenguaje inclusivo? 

El lenguaje inclusivo no existió siempre. Es, como todas las características del lenguaje, una respuesta a una necesidad de la sociedad; una necesidad que antes no estaba. Entonces, ¿cómo surge?

Las feministas de la segunda ola, en los años 70, comenzaron a hacerse preguntas acerca de la característica del lenguaje de englobar a todos los géneros dentro del masculino. A partir de ahí, poco a poco, se empezó a incluir al género femenino en el discurso (primero oral y después escrito). Esta es una de las razones que explica la fuerte vinculación que hay entre el lenguaje inclusivo y el feminismo. 

Más cerca en el tiempo, las teorías queer y los debates del colectivo LGBTIQ+ comenzaron a instalar el debate que mencionamos más arriba: ¿a quiénes incluyen la “a” y la “o” y a quiénes dejan afuera? 

Debates en torno al lenguaje inclusivo

Existen muchos debates en torno al lenguaje inclusivo. La gente se pregunta si el lenguaje inclusivo está bien o está mal. ¡Algunas personas incluso dicen que arruina el lenguaje! ¿Hay que prohibirlo o debe ser obligatorio? Bueno, en nuestra opinión, ninguna de ambas.

Los debates en torno al lenguaje son la prueba más fehaciente de que la lengua está viva y en constante cambio. Veamos, a continuación, cuáles son las posturas más importantes a favor y en contra del lenguaje inclusivo.

En contra: críticas al lenguaje inclusivo

No es ninguna sorpresa: la principal entidad que lucha a capa y espada contra el lenguaje inclusivo es la Real Academia Española (RAE). En Twitter todavía están algunas de sus respuestas más famosas, como esta, bastante categórica:

O esta, que critica el uso de la “x”:

Sin embargo, creemos que es la realidad la que moldea el lenguaje, más allá de las normas. Es decir, que la RAE se posicione con argumentos que defienden al masculino genérico, que deja afuera e invisibiliza a otras identidades no masculinas, no implica que esas identidades no existan y no deban ser nombradas.

Opiniones a favor del lenguaje inclusivo

En Argentina, a partir del decreto 476/2021 se permite que las personas no binarias tengan el lugar para plasmar su identidad de género en el DNI (Documento Nacional de Identidad). Es decir, si no te identificás con el masculino o el femenino, tu DNI marca, bajo la categoría sexo, una X.

Entonces, dado que la legislación reconoce y otorga derechos a las identidades trans y no binarias, sería extraño no reconocerlas en el lenguaje. El asunto entonces parecería pasar por otro lado: quizá lo que realmente molesta de la “x” o de la “e” es la discusión en torno a la existencia de otras identidades más allá del binarismo, que ponen en riesgo el statu quo.

El problema aparece cuando esa discusión, en torno a las identidades, se esconde en una supuesta defensa del lenguaje «tal como está». Es un problema por dos motivos: en primer lugar, que la identidad de alguien esté puesta en debate es, como mínimo, arcaico. En segundo lugar, impide una discusión acerca de lo que efectivamente estamos hablando: el lenguaje.

Como venimos diciendo, el lenguaje no es una construcción estática sino que muta con el tiempo y las necesidades de la época. Y que en el lenguaje se expliciten otras identidades, además del género masculino, es una necesidad de la época. El lenguaje inclusivo identifica, representa, hace parte. Y lo más importante: no molesta a nadie. Si alguien no quiere usar la «x» o la «e» ¡puede elegir no hacerlo! No es obligatorio.

¿Usar la “e”, la “x” o el arroba?

Cuando usamos arroba o decimos «todos y todas» estamos un pasito más cerca de la inclusión, pero seguimos dejando afuera muchas identidades: aquellas que no se sienten identificadas con los géneros masculino y femenino.

Por eso, lo mejor es usar un lenguaje inclusivo no binario, es decir, utilizar la “e” o la “x”, que incluyen a todas las identidades, no solo las femeninas y las masculinas. También hay personas que deciden usar el asterisco (por ejemplo, “tod*s”). Al respecto, es interesante la lectura de este poema de Mauro Cabral sobre el uso del asterisco.

Pero con la «x» o el asterísco seguimos teniendo un conflicto, que es la facilidad en la lectura o la oralidad. La «x» traba un poco la lectura y es muy difícil de pronunciar. Además, los lectores de pantalla (que usan personas ciegas o con visión disminuida) pronuncian «todxs» como «todcs» y «tod@s» como «todarrobaese». Usar la «e» hace que sea mucho más fácil leer cualquier texto: «todes» se lee como «todes».

Lenguaje inclusivo: ejemplos

Vamos a ver algunos ejemplos para aprender a usar el lenguaje inclusivo. Además de usar la «e», podemos omitir las marcas de género. Este mismo artículo, por ejemplo, está redactado en lenguaje inclusivo, ¡y sin usar la “x” o la “e”! (salvo para dar ejemplos, claro).

En vez de decirPodemos decir
AlumnosEstudiantes 
Los que llegaron tardeQuienes llegaron tarde
Los gerentesLa gerencia
Los que viven en ese barrioLas personas que viven en ese barrio
Muchos preguntaron por el nuevo libroMucha gente preguntó por el nuevo libro
AmigosAmigues
HijosHijxs

Antes de despedirnos, ¡espacio publicitario! Volvemos a invitarte a que descargues de forma gratuita Lenguaje inclusivo. Guía de español no binario, una publicación realizada por la agencia Palabra en la que intentamos dar respuesta a muchas preguntas en torno al lenguaje inclusivo. 

Por último, en la agencia Palabra ofrecemos servicios de redacción, corrección y edición de textos. Para los textos que es necesario, seguimos las reglas que con el lenguaje normado de la RAE y, por supuesto, con lenguaje inclusivo. Nos adaptamos a tus preferencias: podemos utilizar la “e” la “x” o el lenguaje inclusivo sin marcas de género.

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