Los 10 errores de ortografía más comunes

Las reglas ortográficas pueden ser un poco caprichosas. De hecho, todos escuchamos alguna vez el principal argumento en contra: si se entiende igual, ¿por qué hay que escribirlo de esa forma y no de otra?

El problema con ese argumento es que no siempre es verdad. Muchas veces, una tilde o una letra hacen toda la diferencia; por eso, los errores ortográficos más comunes son también los que generan más confusiones.

Hecho y echo no significan lo mismo, y una valla y una baya tienen bastante poco que ver entre sí. Por eso, para evitar confusiones, hoy Palabra te trae las diez faltas de ortografía más comunes.

Antes de seguir: en Palabra podemos ayudarte a eliminar cualquier error ortográfico de tus textos. ¡No dudes en consultarnos!

1. Tildes y pronombres

Haciendo un poco de memoria, quizás te acuerdes de un concepto que aprendiste durante el primario o el secundario: la tilde diacrítica. Esta se usa, básicamente, para distinguir palabras que de otra forma se escribirían igual, algo que pasa mucho con los pronombres. Estos son algunos casos:

  • y tu. El primero es un pronombre personal que generalmente funciona como sujeto de un verbo (no me entiendes). El segundo, en cambio, es un posesivo (Me llevé tu llave). 
  • y mi. Nuevamente, es un pronombre personal, generalmente introducido por una preposición (Lo compré para ). Por su parte, mi, sin tilde, es un pronombre posesivo (Terminé mi plato). 
  • Él y el. En este caso, él, con tilde, es el pronombre personal, usado muchas veces para reemplazar nombres o personas (´Él sabía hacia dónde ir), mientras que el es un artículo (Perdimos el tren). 

2. Haber y a ver

Haber es un verbo que indica existencia y, en muchos casos, un auxiliar; a ver, en cambio, es una construcción que incluye la preposición a y el verbo ver. Seguramente la diferencia quede más clara con dos ejemplos:

  • Vamos a ver qué hay por allá. 
  • Me arrepiento de haber dicho eso.

3. Hay, ahí y ¡ay!

Nos volvemos a encontrar con el verbo haber, esta vez conjugado en presente: hay. Esa palabra se contrapone con ahí, que es un adverbio de lugar, y ¡ay!, que es una interjección. Así se ven estas palabras en uso:

  • Hay manzanas en la heladera. 
  • Vayamos por ahí
  • ¡Ay!, me golpeé el dedo chiquito. 

4. Allá, halla y haya

Allá, como ahí, es un adverbio de lugar. Eso lo diferencia de halla y haya, que son dos verbos. El primero viene de hallar (‘encontrar’) y el segundo de haber. Además, La Haya es una ciudad que queda en los Países Bajos. Queda más claro si lo vemos con ejemplos:

  • Allá está más fresco que acá.
  • La sede de la organización se halla en La Haya
  • No puedo creer que tu amiga te haya dicho eso. 

5. Echo y hecho

Uno es un verbo; el otro, un participio o un sustantivo. Echo viene del verbo echar (‘lanzar’, ‘arrojar’, ‘despedir’), mientras que hecho proviene de hacer. Por eso tienen estos usos tan distintos:

  • Es un banco hecho a mano.
  • Un hecho no es lo mismo que una opinión.
  • Yo no le echo la culpa por eso. 

6. ¿Yendo o llendo?

En este caso, el problema es muy sencillo: la palabra llendo no existe. En cambio, yendo es muy real: se trata, ni más ni menos, del gerundio del verbo ir. Así se ve en una oración:

  • Estoy yendo para allá. 

7. Vaya, valla y baya

En este caso, estamos hablando de un verbo y dos sustantivos. El verbo es vaya, que viene de ir; los sustantivos son valla (‘cerca’, ’vallado’) y baya (‘fruto’). Así se ven cada uno de ellos en una oración:

  • Mi papá quiere que vaya a ayudarlo a limpiar.
  • El corredor saltó la valla.
  • Me comí unas bayas riquísimas. 

8. Mayúsculas

Este es uno de los errores de ortografía más comunes, ¡y probablemente también el más difícil de eliminar! Muchísima gente pone mayúsculas en palabras que no las necesitan, como los días, los meses, las estaciones y los cargos.

El problema es que hay palabras que sí las necesitan. No vamos a dedicarnos acá a analizar cada caso, pero podemos resumir el problema en un par de reglas sencillas, que aplican a la mayoría de las situaciones.

Llevan mayúscula:

  • Los nombres propios de personas, animales, lugares o instituciones: Juan y su perra Panda fueron a la veterinaria Patitas.
  • Los títulos de obras artísticas (pero solo en la primera palabra, y suelen destacarse con cursivas): Mi libro preferido es La conjura de los necios.
  • Las festividades: Mañana no trabajamos, es Navidad.
  • Las marcas comerciales: Me compre una remera de Zara.
  • Las disciplinas científicas, cuando son objeto de estudio: Es licenciado en Biología

No llevan mayúscula:

  • Los días, los meses y las estaciones: Tengo una reunión con mi jefe el martes 2 de mayo.
  • Los cargos: Ella es la presidenta de la compañía.
  • Los accidentes geográficos generales: Nunca antes había visto el río Paraná
  • Los gentilicios: María es argentina, pero su mamá es venezolana y su papá es inglés.

Ante la duda, siempre podés consultar rápidamente las páginas de la RAE o de la Fundación Español Urgente

9. Había y habían

Había y habían son dos formas del verbo haber. Sin embargo, cuando hablamos de existencia, ya sea en presente o en pasado, siempre debe usarse la forma singular, ya que haber es un verbo impersonal. Por ejemplo:

  • Hoy hay descuentos en el supermercado.
  • Había muchas personas en el recital.
  • Estuve ocupada la semana pasada; hubo días en los que apenas estuve en mi casa.

¿Entonces cuándo se usa habían? Solo es correcto usar habían como auxiliar en el pluscuanperfecto; o sea, antes de otro verbo, cuando hablamos del pasado del pasado. Por ejemplo:

  • El martes fui al cine con mis hermanos. Ellos conocían la trama de la película porque ya habían ido a verla antes.

¿Y cuándo se usa hubieron? Nunca. Técnicamente, la palabra existe, pero solo tendría sentido usarla en un tiempo verbal compuesto arcaico, que ya no se usa en nuestra lengua. Así que lo mejor es borrarla de nuestro diccionario.

10. Porque, por qué y porqué

Es muy común confundir estas tres formas. La mejor manera de evitarlo es tener presente para qué sirve cada una.

Por qué se usa para introducir una pregunta, sea directa o indirecta:

  • ¿Por qué no compraste leche entera?
  • Le pregunté por qué no pudo venir.

Porque se usa para introducir una explicación o respuesta a una pregunta:

  • Lo hago así porque me place.

Porqué es un sustantivo, parecido a razón o causa:

  • Me preguntó el porqué de mis acciones, pero no hay porqué.

¡Esperamos que te haya servido esta lista de errores comunes! En caso de que tengas más dudas sobre gramática y ortografía, te las respondemos en los comentarios.

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